Noche de ligue

Iniciado por skillag(b), Febrero 06, 2015, 01:09:24 PM

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skillag(b)

Era una preciosidad angelical y dulce, cualquiera de las cosas que me podían atraer en una mujer las poseía y además multiplicadas por mil. Habíamos llegado a romper el hielo, le había contado retazos de lo que hacía y sin mentir, lo cual era sorprendente.

- ¿Sabes? Estoy muy quemada con mi última relación-dijo, y bebió un sorbo de su vodka con zumo de naranja pese a que treinta minutos antes me había dicho que prefería no beber ya que la bebida la cambiaba, llevaba con este tres lingotazos.- Te voy a contar lo gilipollas que era, cuando estábamos follando le daba por gritarme que mira lo que el tonto de tu novio te hace y repetía que lo llamase subnormal y a gritar dando berridos, uaahhhh, uhhhhh, es lo que hacía. La verdad es que lo hacía muy bien el jodido pero aquello me preocupaba. Se pasaba días sin ganas, lo engatusaba para que nos acostásemos y respondía así. En conclusión: lo tuve que dejar. Y parece mentira pero lo echo de menos. Tú me recuerdas a él-dijo, y naturalmente, al estar aún con la mente despejada, me quedé en situación de standby.

-Ah, ¿sí?-dije por decir y llenar hueco.

-Sí, te voy a pedir algo. Que hagas ruidos de subnormal, de mongólico.

-¿ El qué?-pregunté, supongo que parpadeando rápido.

- Muy bien jugado, estás entrando en el papel.  Haz: ¡ahhhhuuu, uhhhhu!-y levantó la voz haciendo que algunas cabezas se girasen hacia donde estábamos sentados.

-Esto...no creo que esto vaya bien- dije y miré hacia la puerta del local preparando una eventual retirada.

- ¿Así es cómo me tratas, estúpido anormal? ¿Tú también me dejas?-dijo furiosa y comenzando a mover las manos, juraría que iba a pegarse ella misma.

-No sé de qué vas y mucho menos es mi intención molestarte, dejarte o lo que sea. Mejor que me marche, ¡vale?

-De eso nada ¡Este tío ha intentado violarme, es el anormal que viola por el barrio!- gritó a todo pulmón y comenzó a arañarme y a golpearme, agitada y fuera de sí.

Me defendí, me levanté y salí rápido, detrás ella me seguía acusándome de violador. Puse cara de circunstancias con los que me cruzaba, algo así como comunicarles que vaya loca con la que me había topado para que simpatizasen. Justo a punto de alcanzar la puerta de salida un tipo enorme, dos metros de altura y un tatuaje de dragón asomando por el cuello de la camisa, se cruzó en mi camino.

-Tú no te vas a ninguna parte, colega.

- ¡¿Qué?!

-A mi hermana ese asqueroso salido le metió mano hace unos días y de aquí no sales hasta que te haga unas preguntas. Puto baboso.- y vi en sus ojos que nada bueno se cocía en su mollera.

-Debes de estar colgado, ¡déjame salir! -grité desesperado.

-Amiguito, tú te vienes conmigo y con un par de hostias confesarás.-hizo el movimiento de agarrarme y se ve que habría bebido más de la cuenta y sus reflejos estaban perjudicados porque logré regatearle al principio. Con la puerta y la libertad a unos escasos centímetros sentí que me agarraba del cuello y apretaba. La reacción fue inmediata, patada a los huevos y soltó la presa. Corrí hacia la calle, miré a mi espalda porque los gritos de violador me perseguían. Era la chica y el mazas que señalaban hacia mí y explicaban algo a la gente que hacía cola fuera de la discoteca. Comprobé horrorizado que se organizaba un grupo de diez personas y que se disponían a cazarme. Mierda, busqué en el bolsillo y las llaves del coche no estaban, las habría perdido en ele encontronazo con el gorila justiciero. No conocía la zona, una parte de la ciudad del extrarradio deprimente y con edificios a medio construir abandonados. Sin embargo tiré de piernas, doblé esquinas al azar, los pulmones quemaban, el ruido de sus pisadas al correr constante, cuando les saqué una cierta ventaja me metí por un callejón y salté a un contenedor de obra con la suerte de que los vecinos tiraban también sus basuras y caí encima de una inmundicia de pañales, fruta podrida y comida revenida. Pero descubrí que no estaba solo en el escondite, un tipo extraño de unos veintipocos  estaba allí. Cabeza redondeada, dientes salientes, vestía con un chandal de Bob Esponja que le quedaba corto de mangas y en los pies y le interrumpí al saltar en lo que estaba haciendo, tenía soldaditos de plomo alineados en formación de batalla ¿Pero que coño? No tenía aliento que gastar, le supliqué colocando el índice en la boca que silencio, por lo que más quisiera, él imitó mi gesto y prorrumpió en una carcajada bobalicona.

-¿Quieres ser mi amigo?-preguntó.

-Sí, claro. Pero haz el favor de estar calladito.

-Amigo- y chocó palmas pronunciando con cierta dificultad-, ¿quieres jugar a un juego? Uno especial-dijo con voz clara y normal lo del juego especial.

-Lo que quieras.

-Genial, mola.- y se acercó en cuclillas, empezó a bajarse los pantalones.

-Un momento, tío, ¿pero que estás haciendo?

-Es el juego, tú me la agarras y meneas, jijijoo. Divertido. Gutar.

-Que no, coño.

-Pues entonces yo te acaricio y te hago besos.

-Y un mierda- dije, y entonces noté que los perseguidores andaban cerca y que habían parado su carrera en la calle que daba al callejón, discutían acerca que donde se había metido el violador y trataban de planear la redada. Por salvar el pellejo y que no detectasen la conversación que mantenía con este chalado que tenía de compañero accedí, le dije que adelante. El tipo del chandal empezó a babosearme, intenté no reaccionar, me morreó, intenté olvidarlo, lo hizo con lengua, intenté quedarme tranquilo, pero cuando me atrapó la mano y la condujo hacia su polla lo aparté. El tipo miró decepcionado y furioso. Y entonces gritó con una voz perfecta y nítida:

-¡Eh, vosotros, he encontrado al violador, venid a por él!

-¡La madre que te parió!

Salte como una cabra hacia el fondo del callejón, trepé por la valla metálica mientras escuchaba ¡a por él! gritado por el tipo del chandal y coreado, perdí un zapato y me deshice del otro, un taxi estuvo a un segundo de atropellarme, ni un atleta de olimpiada habrá tenido nunca tanta velocidad y resistencia en su cuerpo. Yo sólo quería ligar con una chica angelical y buena, y me devano los sesos recordando si le expliqué donde vivía, en qué trabajaba y que es lo que me gustaba hacer. Porque si escapo de esta espero no encontrarme a un equipo de linchamiento armado con bates de beisbol, antorchas, instrumentos cortantes y navajas en el parque donde hago tai-chi.

Perro Seco

Cita de: skillag(b) en Febrero 05, 2015, 05:13:27 PMJo, qué noche, una de Scorsesse.
Ayer mismo vi esa película y me pareció cojonuda. Tu relato me ha recordado mucho a ella, podría haber sido otra escena más. ;D

skillag(b)

Cita de: Perro Seco en Febrero 07, 2015, 01:42:37 PM
Cita de: skillag(b) en Febrero 05, 2015, 05:13:27 PMJo, qué noche, una de Scorsesse.
Ayer mismo vi esa película y me pareció cojonuda. Tu relato me ha recordado mucho a ella, podría haber sido otra escena más. ;D

Es una inspiración que no puedo negar. ;D ;)